El Xeneize arrancó bien, pero se quedó sin respuestas y dejó escapar el triunfo.
Boca sigue sin encontrar su identidad. En el discurso propone una idea de juego, pero en la cancha muestra otra. Frente a Unión, el equipo de Fernando Gago alternó momentos de buen fútbol con pasajes de repliegue absoluto y terminó pagando caro su falta de solidez.
El partido tuvo un inicio frenético. Boca salió con intensidad y, en apenas cuatro minutos, abrió el marcador con un golazo de Saracchi. El lateral uruguayo aprovechó una desatención defensiva tras un cambio de frente de Blondel y sacó un zurdazo inatajable.
Los primeros 20 minutos fueron lo mejor del equipo. Con un mediocampo más equilibrado, gracias a la presencia de Belmonte y Alarcón, el Xeneize presionó alto y generó situaciones claras. Velasco tuvo dos oportunidades inmejorables, pero le faltó precisión en la definición.
El repliegue de Boca y el crecimiento de Unión
Después del buen arranque, Boca bajó la intensidad. En un principio, el repliegue parecía controlado, pero con el correr de los minutos, el equipo perdió protagonismo y le cedió la pelota a Unión.
El conjunto santafesino creció en el complemento. Con más actitud que juego, empujó a Boca contra su arco y empezó a generar peligro. Brey tuvo que intervenir en un par de ocasiones, pero el Xeneize no logró recuperar el control del partido.
Unión lo empató en la última jugada
El desgaste se sintió y Boca no supo reaccionar. Apenas generó una chance clara en todo el segundo tiempo: un mano a mano de Zenón que desperdició ante Cardozo.
Cuando parecía que el Xeneize se llevaba la victoria, Unión encontró el empate en la última jugada. Fragapane aprovechó un descuido defensivo y selló el 1-1 definitivo.
“Fragapane”:
— ¿Por qué es tendencia? (@porquetendencia) January 30, 2025
Por su gol para el empate de Unión con Boca en el #TorneoApertura pic.twitter.com/aq9SNYsimR
Un Boca sin rumbo claro
Más allá del resultado, lo preocupante es la falta de identidad. En 90 minutos, Boca jugó un rato como le gustaría a Menotti, otro a Bilardo y otro a Caruso Lombardi. No hay un plan de juego claro y los cambios no le aportan soluciones.
La presión sobre Gago aumenta. Boca necesita definir a qué quiere jugar y sostener una idea en el tiempo. Mientras tanto, los puntos se siguen escapando y el equipo sigue sin rumbo.